Transformada la aceituna en una pasta a través del molino, damos paso al batido y a la centrifugación.
El batido se realiza a baja temperatura (inferior a 27º) con la finalidad de obtener mejor calidad y evitar que se pierdan los aromas y flavores que caracterizan a un buen aceite de oliva virgen extra.
Una vez batida la pasta, mediante fuerza centrífuga se separa las parte solida de la pasta (pulpa, hueso y otros subproductos que posteriormente serán aprovechables) de la parte liquida, dando lugar a nuestro aceite de oliva virgen extra.